Madrid, 14 de julio de 2007. El ejercicio de toda actividad profesional engloba una responsabilidad, que se acrecenta para aquellos empresarios que se sitúan al frente de un negocio. Todavía es posible sumar un punto de responsabilidad a este ejemplo general. Es el caso del farmacéutico titular al frente de una botica, dado el carácter sanitario de su negocio es directamente proporcional a la responsabilidad que debe asumir en las actuaciones que en él se realicen y problemas que se originen.
La simple apertura, y funcionamiento, de una oficina de farmacia ya obliga a contraer diversas responsabilidades en forma de seguros. Así, como algunos ejemplos a disponer de forma obligatoria en ella se encontraría el conocido como “multiriesgos”, el de responsabilidad civil, así como aquellos otros que exija el convenio colectivo por el que se rija en el establecimiento.
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